Un piano recorrió las principales calles de Valparaíso, desde plaza Sotomayor, pasando por las calles Errázuriz y Clave, como un trayecto poético que celebra la conversación de culturas locales y extranjeras, de autodeterminación y voluntad creativa que caracteriza a Valparaíso.

Este piano, acompañado de cantos, percusiones, electrónica y los sonidos de las calles y su gente, hizo un concierto por la ciudad nutrido de los diversos repertorios desarrollados en el puerto como boleros, cuecas, rock andino y experimentación sonora.


Este evento tomó un hecho histórico simbólicamente como hito inaugural del diálogo cultural que se desenvuelve en el puerto hasta nuestros días: a finales del siglo XVIII en el barrio puerto de Valparaíso se reunió la gente emocionada para ver la entrada del primer teclado de cuerdas al país. La llegada de este clave (como se conocía de manera indistinta entonces a los teclados de cuerda) causó tal impacto en la ciudad que hasta el día de hoy la calle de dicho suceso se llama calle Clave. 


Estrenado en Festival Puerto de Ideas 2021, el evento contó con la dirección artística de Gregorio Fontén y la participación de los artistas Kathy Lua, Gabriela Cáceres, Francisca Astorga, Ricardo Luna, Lukax Santana, Pancho Sazo y Samuel Ibarra.

Habladuria del Piano Clave de Valparaiso - Gregorio Fontén

En el siglo XVIII en Valparaíso se reunía la gente emocionada para ver la entrada de los primeros teclados de cuerdas al país o pianos como se llamarían o “claves” como se conocían entonces.

La llegada de estos instrumentos causaba tal impacto en la ciudad que hasta el día de hoy la calle por donde entraban los piano-clave se llama calle Clave.

Hoy hacemos entrar en la ciudad nuevamente un piano acompañado de percusiones, voces y electrónica. Para danzar como una ciudad errante que se deja escuchar por entre las calles y se entreteje con sus actividades

La entrada del piano por Valparaíso aparece como hito inaugural del cíborg de voces e identidades que nos expresa que nos entrelaza que sensible se distingue hasta nuestros presentes

vacilona Valparaíso escucha hacia el horizonte océanico y danza con sus oleajes de abismo, de lejanía, de incertidumbre;

vacilona Valparaíso escucha hacia la cordillera, desde donde sale el sol iluminando el ritmo de su danza que proviene del interior del continente.

Lo que viene de afuera es de adentro

Lo de adentro de afuera 

no hay dualismo que sobreviva lo efímera de la orilla

Melodías de una voz son resonancias del ritmo de otra voz

Una identidad de tejidos que se anudan y desenlazan

que no reconocen esencias estáticas avanzan se repliegan oscilan creando y desvaneciendo la orilla

como una vaguada no binaria entre mar y cordillera

Lo que parecía ir en una dirección es su contrario

La infinitud es su propia finitud

el puerto es océanico pero se proyecta hacia la cordillera

como una espiral del interior y el exterior de la horizontalidad y la verticalidad

en la que se esculpen las certezas

Para luego desorientarlas y volver a girar y seguir vacilando

Lo que parecía no ser es y lo que es no es Así afirmamos el rumbo del Sur

que vacila reversible

Entremos a la ciudad errante e invisible,

que atraviesa realidades para cobijarnos.

Ciudad en que encontramos el relato que anhelamos para estos territorios Relato para el cual los dualismos heredados de identidades estáticas han colapsado para que ahora podamos

escuchar y danzar como Sur

transcontinental transcolonial transmaterial

El piano entra por Valparaíso

como un hito que rompe las jerarquías de la cultura oficial

para ir escuchando y bailando como las diversas voces de estos territorios.

Noviembre 2021